Fin de verano en Formentera, la mejor época para disfrutarla.

El día 21 de septiembre finaliza oficialmente el verano y es entonces cuando Formentera se transforma.

Los turistas vuelven a embarcar rumbo a sus casas, cabizbajos, con la pena de dejar atrás ese espíritu libre que invade a la gente que pisa la isla.

Andar descalzo, caminar tranquilo, respirar aire limpio, refrescarse en el agua, disfrutar los colores de las maravillosas puestas de sol y las largas noches de luna llena…

Todo esto ha terminado para los visitantes, pero la energía positiva queda impresa en su memoria.

Ahora, es a Formentera, a quién le toca descansar y volver a regenerarse. Se acabaron los grandes desembarcos, las carreteras saturadas y el vigor que invade los días de verano en la isla.

Es época de reflexión y serenidad, los días pasan lentos, las idílicas puestas de sol siguen sucediendo, pero esta vez en secreto, sin espectadores ni músicas de fondo. Las olas invaden las costas vacías y todo empieza a resurgir.

La Pitiusa menor (significa isla de pinos en griego) vuelve a renacer, con toda esa energía que ha invadido la isla durante estos meses, dejando lo mejor de cada uno y purificando el aire ya libre de los excesos veraniegos.

Volver a la isla en otoño es pisar un auténtico oasis de calma.

El sonido de las olas, el gaznar de las aves que revolotean, el suave rumor de los llauts que salen a pescar bajo la brisa suave y el sol cálido que acaricia la isla en estos días, es la mejor forma de purificar la mente.

Refugio de familias y deportistas

Formentera se convierte en un auténtico templo situado en el Mediterráneo.

Es el momento de los formenterenses y vecinos ibicencos, en el que se suceden un gran número de actividades deportivas y gastronómicas.
Los fines de semana se convierten en refugio para familias que quieren pasar un día tranquilo, disfrutar de una buena comida y una copa mientras los niños juegan en la arena blanca y cálida del otoño.

Desde hace ya unos años, en Formentera se realizan multitud eventos deportivos en mar y tierra. Carreras, bicis y velas invaden la isla durante esos fines de semana para que los más activos puedan lucir sus marcas y demostrar sus frutos tras largas jornadas de entrenamiento. Todo en un paraíso tan cercano que vale la pena volver a cargarse de energía, pero de forma más relajada.

 

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Foto de Marino Mantero